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Las enfermeras japonesas saben cómo funciona la medicina no convencional. Las píldoras que ponen en la boca del paciente no son productos químicos, sólo hierbas. Levantando su polla y descargando sus coños sobre ella, le daban algo de su fuerza vital. Por supuesto, después de esta manipulación de su polla, el hombre se recuperó a un ritmo tremendo. Hombre, ¡qué medicina tan avanzada!
Lo que buscaba la desconocida, y eso consiguió, porque sabía que se la iban a follar, y a juzgar por los gemidos hasta le gustaba tal follada, mira, como va y viene, hasta el hombre se cansó de follarla.